Tan sólo una vez he visto
el sol ensangrentado de ese modo.
Y luego nunca más.
Con malos augurios se ponía en el horizonte
y parecía que alguien hubiera abierto de una patada
la puerta del infierno.
Pregunté por qué en el observatorio
y ya lo sé.
Conocemos el infierno, está en todas partes
y camina con dos patas.
Y el paraíso?
Puede que el paraíso no sea
sino una sonrisa
mucho tiempo esperada,
y una boca
que susurre nuestro nombre.
Y luego el breve momento de vértigo
en que a toda prisa podemos olvidar
ese infierno.
Jaroslav Seifert, "Tan sólo una vez..."
Foto, Rosa, http://www.flickr.com/photos/dadiva/
2 comentarios:
Conocemos el infierno, está en todas partes y camina con dos patas.
Y, luego, la paradoja. La contradicción sin la que, según parece, no podemos vivir.
Me ha gustado mucho.
Muchas gracias, Liki, por tu feed-back. A mí también me gusta mucho el último fragmento, sobretodo lo de:
"...puede que el paraíso no sea
sino una sonrisa
mucho tiempo esperada
y una boca
que susurre nuestro nombre".
Cuando puedo me leo (de nuevo) tu último texto, pero no me gusta poner comentarios rápidos. Quiero leérmelo con calma, tus textos lo necesitan.
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