miércoles, 3 de diciembre de 2008

La Cueva


Dormir
huír del frío
un lugar
donde el invierno no llega
donde el aire es cálido
donde el tiempo no cuenta.

Sentir
el aroma a musgo y tierra húmeda
bajo una capa de hojas secas
hacerse un ovillo, como un erizo
los ojos cerrados, la piel cubierta
de un abrigo que te proteja.

Soñar
entre las sombras
la tierra suave, las hojas secas
el aire cálido
el tiempo, congelado,
se quedó fuera.


Poema y foto Rosa, http://www.flickr.com/photos/dadiva/

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bonito el texto, entrañable y penetrante.

No te pares ahí.



Recuerdos,

Miguel

Rosabcn dijo...

Gracias de nuevo!

Son pensamientos, sensaciones, momentos.

Cada invierno me pasa. Me gustaría dormir en una cueva y no despertar hasta la primavera, con los primeros rayos de sol...

Anónimo dijo...

Precioso Rosa......
Creo que tienes alma de osita....quieres hibernar!!
Un beso, y te prometo que seré una buena chica para San Nicolas(siempre lo soy!)

Rosabcn dijo...

Buenos días Josune! Un placer verte por aquí. Cada vez que hablo contigo recuerdo el poema que me dedicaste en la galería.

Y, cuando llueve, me vienen volando estas palabras tan preciosas y las imágenes de tu foto:

"Llueve otra vez. Llueve de nuevo. Llueve.
Siempre el amor llega con la lluvia
Sobre la calle una llovizna breve
Y aquí en mi corazón, como diluvia.."

Anónimo dijo...

Te había escrito un comentario pero algo pasó que no se ha publicado... esos duendes de internet, que a veces nos llevan la contraria.
Te decía que no hibernaras que hay que disfrutar de todos los momentos, pensamientos y sensaciones que nos ofrece cualquier instante, incluso los invernales.
Había logrado escribir una de esas frases que exigen piedra (como dicen en una tertulia radiofónica), pero ahora soy incapaz de reescribirla... Reflexionaré y la plasmaré en algún que otro comentario.
¡¡ Malditos duendecillos internáuticos !!

Rosabcn dijo...

Hola Marita,

Sí, ya sé... de hecho yo disfruto de todo, o de mucho. Las cosas pequeñas que a veces pasan desapercibidas, y sé que es un regalo.

Otras veces, cuando tenemos muchos días oscuros y grises, me gustaría esconderme y desaparecer un poco.
Sin obligaciones, sin salir fuera, en mi 'cocoon'.

Esta semana he salido dos veces a correr con 4 grados, guantes y 'tapaorejas' y disfruté muchísimo del paisaje invernal!

(Tu texto me encanta, no te preocupes...)