El invierno se acerca
a pasos agigantados
inviernos vacíos,
interminablemente largos.
En el dormitorio
el buda sonríe
el niño de la postal
mira intrigado
una montaña de libros
espera
a ser rescatada de la soledad.
El músico maldito de Jazz,
insensible al tiempo,
nos observa
en blanco y negro
con la trompeta en mano.
Afuera,
luce un sol tibio
descolorido
gastado.
No espero el invierno
el manto de niebla
las calles silenciosas
y solitarias.
Añoro la primavera
el sol diáfano
la nueva vida que renace
los cielos claros
la energía en el aire.
Pero entonces,
habrán pasado los meses
y el reloj del tiempo
sigue tictaqueando.
Foto y poema: Rosa
2 comentarios:
Rosa, excelentes versos que le van al pelo a este tiempo que se nos echa encima. Lástima que en Madrid hoy no casen estas rimas con la realidad, hace un sol radiante y dan ganas de pasear.
Un saludo,
Carlos.
Hola Carlos, muchas gracias por tu visita!
Dudo en lo de "excelentes", para mí es una forma de expresarme. Aunque sé que nunca alcanzaré el nivel que quisiera...
De todas formas se agradece, muy amable!
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